domingo, 23 de junio de 2013

Día 5


Él era lo opuesto a todo el mundo. Era caos y desorden.  Él era una tormenta, un terremoto de grado 9. Era un volcán en erupción. Velocidad en estado puro, siempre más rápido, siempre con el pie en el acelerador. Era pura dinamita. Él era de esos que antes de pensar, actúan; de esos que actúan por impulsos. Rock and roll a todo volumen. Un paquete de Malboro en una mano y las llaves de su moto en la otra. Era destrucción. Noches de sábado de fiesta. La jodida perdición. Humo en su boca. Y por eso me encantaba.

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